La historia de la familia Brunholi inició en 1889, cuando el "Nonno Brunholi" a los 17 años llegó al puerto de Santos. Después de trabajar en plantaciones de café, vino a Jundiai, donde adquirió un terreno para la plantación de uvas para vino.
Hoy en día, el Grupo Brunholi cuenta con una planta donde se producen, los tradicionales vinos que llevan el nombre de la familia, la famosa caipiriña lista para beber, un restaurante, un museo y una bodega. En la propiedad también se atienden necesidades e intereses turísticos, lugares donde circulan alrededor de unas 2000 personas por fin de semana.